Cuando estoy trabajando en un texto para la sección de gastronomía del periódico, el proceso que sigo no es lineal. Para mí, escribir es como montar un puzzle, o mejor, como configurar un mapa. Un mapa de personas, lugares, platos e ideas. Cuando ya tienes las coordenadas exactas, trazas una ruta que une el origen con su destino.
Se trata de un proceso metódico, en el que compruebas datos, informaciones y que al final, lo aliñas con un poco de gracia sin olvidarte de resolver aquella cuestión que hizo que alguien, desde su móvil, hiciera click en tu artículo. Una receta, un restaurante, una entrevista…
Fotografía de la talentosísima Alba Sosa
Pero aquí, mi querido comensal, no voy a hacer nada de eso. Quiero contarte, con un tono libre y personal, todo aquello que pasa por esta mente eléctrica y un poco expansiva que tengo. Desde qué estoy leyendo, documentales que me han inspirado, recetas, dónde comprar esto o lo otro, cosas que me molestan y cosas en las que creo.
Te lo voy a contar en crudo. Sin filtrar, sin procesar, sin cocinar. Escritura directa y del tirón ¡ÑAM! Como coger una manzana y comértela. Algo que por cierto, me verás hacer muy pocas veces, porque es una fruta que me resulta aburrida y que prefiero meter en ensaladas, tartas, granolas, etc.
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