De tostadas, mudanza, amigas y vino al atardecer
Primeras notas desde mi nueva estación, de vuelta y estrenando nueva etapa como freelance
A principios de verano expresaba mi necesidad de parar para descansar con un: “a veces, el mundo nos exige demasiado. Nos tira de las costuras de quienes somos—nos estira, nos arrastra” (iris ୨୧).
Y, sin embargo, no cesaron las exigencias de esa maquinaria invisible universal que pone en marcha los eventos que nos hacen reaccionar a la vida. No voy a explicar la batalla, aunque compartiré el resultado en código binario, por no aburrir:
Cocinados: 0 Mudanza a un pueblo: 1 Entrevistas: 0 Problemillas familiares: 1 Restaurantes: 0 Redirección laboral: 1 Viajes: 0 Tiempo de lectura y Netflix: 1
Pero no todo son ceros y unos, como ese increíblemente cósmico concierto de Rigoberta Bandini que nos hizo saltar, saltar, y celebrar la amistad femenina al canto de “amore, amore, amore”.
O la sensación de autosuficiencia que nos invade cuando logramos superar la dificultad, con nuestro instinto, fortaleza y una manita amiga. Celebro esas personas cuya generosidad transforma un momento difícil en algo asumible, que nos rellenan —poquito a poco— las grietas de un corazón reseco por el calor y la sed.
Esta semana, en el ocaso del verano, nace una nueva etapa.
A partir de ahora, además de Cuadernos en crudo (este diario que envío los domingos), encontrarás aquí entrevistas, reseñas, reportajes y otras piezas donde exploro productos, historias y personas que cocinan el mundo desde lo cotidiano.
Esto, mientras arranco una nueva etapa como freelance: me dedico a la redacción gastronómica y a la creación de contenidos editoriales 👉 Si sabes de algún proyecto que encaje con mi perfil, me puedes escribir a beamirandafood@gmail.com
Gracias por seguir aquí, por leer, por compartir y por empujar este comienzo. Cuadernos en crudo sigue siendo mi casa, pero ahora se llena de más habitaciones.
Pequeñas recomendaciones en Las Palmas







Aunque cada vez me aburre más, la tostada de aguacate sigue siendo un hit de los desayunos en la ciudad, y aquí van dos opciones destacadas:
La de Cafetería Guajira, con queso feta (que le aporta el toque de sal) y extra de huevo, no solo está buena, sino que además es muy agradable de comer porque el pan —aunque es de masa madre— tiene una corteza fácil de cortar. No es accidental: nos cuentan que eligieron ese pan porque muchas personas mayores acuden cada día, y querían facilitarles la vida. Un buen detalle.
🕖 Lun–vie 8:30 a 20:00 · Sáb 9:30 a 14:00
🐕 Pet friendly
📍 Viera y Clavijo, 2
La siguiente opción es de Mr Kale, que ya cuenta con varias ubicaciones en la ciudad. Sus huevos benedictinos hicieron las delicias de un brunch post-entrenamiento.
El vino blanco acompañó un atardecer de verano en la Casa del Vino de Santa Brígida, donde se pueden probar vinos blancos y tintos con D.O. Gran Canaria.
📍 C. Calvo Sotelo, 26, Santa Brígida (a la entrada del pueblo, consultar horarios)
Bien de Amores supone la parada perfecta para un aperitivo nutritivo y sabroso en Las Palmas de Gran Canaria. Sus limonadas caseras y ensaladas son mi elección habitual.
📍 C. Perojo, 2
De postre, “el helado que te abraza el alma”. No lo digo yo: así me lo presentaron mis amigas, y fue un acierto. El helado de yogur es mi favoritísimo del mundo, y este de Chelado, en la calle Numancia, de espaldas a la playa de Las Canteras, te abraza y te refresca por dentro.




